lunes

Metallica nos recluta



Metallica en México


a mis críos Inti Pavel y Luis Allan
con el metal en el corazón


México larga jungla de cemento y hierro que atrae turistas del todo el mundo a pesar de las “influenzas porcianas” y en este caso, a Metallica para abordar al público mexicano en un vuelo sin escalas y con un destino en concreto… ¡¡rock & roll!!

Hago recuerdos de aquella legendaria visita de Metallica en 1993 , esperaba el nacimiento del hijo que ahora 16 años después hago compañía- en ese entonces hubieron cinco conciertos llenos en su totalidad además de haber quedado para la eternidad en el baúl de coleccionistas: "Live shit binge & purge” grabados en vivo. Seis años pasaron cuando Metallica volviera en 1999.

“Metallica es la música, no que tan largo tengas el cabello" acota Kird –guitarrista de la banda- y sabemos que lo que tocan es una contracultura que pone énfasis en la oscuridad por sobre la luz, y tiende a desechar el final feliz del pop con la visión de las cosas que no siempre funcionan en este mundo. Aunque los fans de Metallica, defienden que el tema de la oscuridad no es el mensaje de la banda, el género ha sido repetidamente acusado por ensalzar los aspectos más negativos de la vida. Así, no son ajenos a esa corriente temas como la guerra, la aniquilación nuclear, los asuntos ambientales o la propaganda religiosa o política.

Sin embargo no pueden escapar del “mercado” que está preparado con camisetas heavies, muñequeras de pinchos, cinturones de balas, y todo lo imaginable en “souvenier” pues muchos aficionados, escuchas o melómanos flemáticos de este metal, visten a “doc”, pues llevar colores rositas no checa., los vendedores ambulantes se las arreglan para darte todo más barato que en las tiendas más “cool”, mínimo salen con una pulserita con el slogan metalero.




La espera de cinco horas en la “general” y parados en medio del tumulto es otro “show” que sólo aguantan los verdaderos; los chavos y otros ya pasaditos de años, quieren entretenerse y lanzan al más chaparro “surfeando” en una ola de manos de un lado a otro, se repliegan, arrojan cerveza o algo parecido, emerge un minúsvalido en silla de rueda y lo pasean encima de las cabezas, los que sentados ven el espectáculo en gradas, gritan “jodidos” los otros responden un “culeros”… así es la algabaría mientras un grupo mexicano abre y nadie los pela hasta les dan la espalda y repliegan un “¡otra, otra… otra banda” así llega la noche y con ella el momento esperado.




Desde la oscuridad total y el silencio comienza a escucharse un corazón latir como si fueran todos al unisono, creando un buen " auguro al show”. La entrada de Metallica entre el himno “The ecstasy of gold” es un barbullo de gritos, aplausos y brincos con los brazos haciendo palanca y el símbolo de metal entre las manos. La banda viene a dar tal vez el mejor concierto,, del año haciéndonos volar, pasando desde las rolas viejas hasta las “magnéticas” de este tour.

La luna llena parece ser testigo y parte del espectáculo arrojando su luz por la única parte visible de los aficionados, sus rostros y manos pues sus cuerpos andan enterrados en el “foso de la serpiente”, saltando a diestra y siniestra o como se pueda mientras se grita un “ole, ole , ole metallica” que le da viso de mexicanidad, son más de tres generaciones arrojando ruidos desde sus gargantas sedientas, agitan las manos; es la demencia enfebrecida o la plegaria de 56 mil almas que cada vez se agiganta cuando los músicos dan a todo para que el clan ondee su batalla en forma de “slam”.

La silueta que primero puede vislumbrarse en el escenario es la del vocalista James Hetfield, quien dice las primeras palabras para iniciar los redobles atronadores y dar pie a Lars Ulrich y Kirk Hammett; finalmente Robert Trujillo en el bajo sale para contemplar la masa mexicana dispuesta a escuchar “That was just your life y " The end of the line" que marcaran la apertura de los 50 minutos de energía apabullante, y la excelente interpretación de cada uno de los temas junto con un buen sonido y el sudor otorgado al público mexicano. Hetfield se toma el momento de decir que al fin están en México. "amigos" y "cabrones", entre otras, fueron las palabras en español que le salio, con un guiño amistoso para la audiencia azteca mientras Robert Trujillo –medio mexicano- da vueltas alucinadas con el bajo.



Un “medley” conformado por " master of puppets”, “invisible kid” y “enter sandman”. , las tres canciones juntas, muestra varias etapas de su carrera y hace vibrar aún más las almas ahí concentradas. Algunos se dan cuenta del potencial de banda que tenían enfrente. Otro highlight , la rápida y melódica "Cyanide", del discazo "Death Magnetic" argumentado por el pulgar de Trujillo indicando al suelo y por supuesto el mensaje de sobrevivir o morir, en este tema -Kirt - queda en el escenario para un “solo” característico del guitarrista, las seis cuerdas no descansan nunca, la guitarra exteriorizaba sonidos atónitos con su estampado de drácula, se da el lujo, incluso de ser más veloz que el original.

La euforia se traduce en gritos de guerra en el que abundaban las palabras altisonantes y con un desatado slam -un acto donde los fanáticos se empujan, dan vuelta cual danza azteca alrededor del fuego- parecen salvajes de la noche-. Los Metallica quedan sorprendidos con el ánimo y de ver tanto “headbanger” de la vieja escuela.

Lars Ulrich se arraiga a su instrumento y hace un solo de cuatro minutos de duración, apenas deja ver sus manos en los malabares que ejecuta al tocar platillos y tambores. El doble bombo es constante parecen bombas de poder, se consagra nuevamente en tierra mexica., mientras la multitud canta, bueno es un decir, algunos se lo saben, otros tratan de entender las palabras para corearlas o hacer el “guashe, guashi lala” pero no importa nadie pela a nadie todos quieren entrar al espectáculo.



Después de casi dos horas de acordes y estrobos atacando las cabezas del público entre llamas alrededor del escenario Metallica se despide pero no los dejan y regresan con un “Seek & Destroy”, que desata aires de poder en el público, moshing y slam puro, los riffs agresivos sin cesar y la metralla del doble bombo, enardece hasta los más “fresas”.

Todos sudan, todos son reclutados, todos hacen himno y … la noche envuelve generosa a este gran espectáculo que sin duda quedará marcado en la memoria de sus seguidores, que vuelven a casa arrastrando los desechos pies y la nuca como para no moverlos en muchos días.



Luz del Alba

World Magnetic Tour
Músicos: James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo