La mezquita de París.
por BELASKO®
Los musulmanes de Francia iniciaron este miércoles un mes de ayuno, una de las prácticas del Islam. En este país, que cuenta la comunidad musulmana más grande de Europa, cada año aumenta el número de personas que lo practican. Algunos servicios y empresas intentan facilitar a sus empleados la práctica de este ayuno.
El ayuno del mes de Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam junto a la profesión de fe, la oración, la zakat (limosna) y la peregrinación a La Meca. Durante todo un mes los musulmanes deben abstenerse de comer, beber, fumar o tener relaciones sexuales desde el alba hasta el crepúsculo. Sólo los enfermos, mujeres embarazadas o que estén amamantando, y aquellas en el período menstrual están exonerados de hacer el ayuno.
Este período de intensa espiritualidad y de fiesta constituye una práctica difícil de seguir para los musulmanes que viven en los países occidentales. Aquellos que trabajan, deben privarse mientras que los colegas hacen la pausa para ir a almorzar. Los que se encuentran de vacaciones también se ven obligados a nadar a contracorriente y hacer ayuno cuando el resto aprovecha para relajarse, comer y beber.
Las altas temperaturas y los días más largos de los meses de verano no ayudan tampoco. Cuando el termómetro sube se hace complicado e incluso contraproducente no hidratarse.
“Hay pacientes a los que he desaconsejado hacer el Ramadán. Mi trabajo consiste en llamar a las familias y advertirles de un eventual riesgo para la salud. Hay ciertas patologías o estados de salud- las personas con enfermedades cardíacas o diabéticas, las mujeres embarazadas, entre otros- que está dispensados de hacer ayuno, explicó a RFI el doctor Nabila Saad, médico musulmán.
“Pero una cosa es lo que está escrito y autorizado, y otra lo que la gente quiere hacer. Algunos se empecinan en hacer el Ramadán”, agregó Saad.
El “mes sagrado” de los musulmanes debutó este miércoles luego de la llamada “la noche de la duda” en la que los teólogos vigilan la aparición de la Luna nueva. Cuando al astro es visible a simple vista, el Ramadán comienza.
Ayuno y trabajo
Para los que deben conciliar trabajo y Ramadán, este mes de privaciones se hace largo en muchos casos. Las empresas pocas veces facilitan la tarea para aquellos que lo practican y las que lo hacen se muestran discretas. Es que el tema de la tolerancia en materia de prácticas religiosas es polémico en un país como Francia donde el principio del laicismo es uno los pilares de la República. Además, a menudo los ajustes para favorecer ciertas prácticas religiosas son criticados por los partidos políticos, en especial los de derecha y extrema derecha.
Las empresas donde los trabajadores tienen una actividad física importante generalmente hacen ajustes en los horarios. Es el caso del Suite Hotel de Cannes en donde la directora accedió a modificar los horarios del personal que hace el ayuno.
“No podemos beber durante el Ramadán, pero si durante el día, sentimos que no vamos a poder con la sed y que no nos sentimos bien, se permite que tomemos agua. Primero es la salud, según lo escrito en el Corán”, asegura Fadela, una de las camareras de este hotel de lujo en la ciudad mediterránea.
Pero en otros sectores, la tolerancia es mucho menor en relación al Ramadán. En toda Francia funcionan durante este período los populares Centres de loisirs (centros recreacionales), donde pasan el día los niños cuyos padres trabajan en estas épocas. Muchos de estos centros estudian la posibilidad de cerrar las puertas a los niños que respetan el Ramadán.
Es el caso de la ciudad de Roubaix (en el norte de Francia) cuyo alcalde, René Vandierendonck, prohibió la entrada a los centros recreacionales a “los niños que no se alimentan” a causa del Ramadán, para luego retractarse, dos meses después. La ciudad informó sobre esto a la HALDE (Alta Autoridad de Lucha contra las Discriminaciones y por la Igualdad, por sus siglas en francés) a fin de evitarse un proceso por discriminación. El expediente, potencialmente explosivo, está en curso.
En medio de este interés renovado de muchos musulmanes en Francia de practicar el Ramadán, los productores y distribuidores de alimentos “halal” se frotan las manos. Se le llama así a los alimentos preparados según el rito musulmán. En el caso de la “carne halal”, el animal debe ser ejecutado con la cabeza en dirección a La Meca, para que se vacíe de su sangre. Este tipo de alimentos, que se encuentran ahora en la mayoría de los supermercados, constituye una parte importante del mercado y es cuatro veces superior al comercio de productos bio.
Si bien el Ramadán es hoy un concepto conocido y tolerado en Francia, resulta difícil evaluar el nivel de aceptación en la población no musulmana. Los responsables del culto musulmán en toda Francia, convidan a los líderes políticos, asociativos y religiosos no musulmanes a compartir un iftar, comida de fiesta que cierra cada día el ayuno. Para estos invitados, curiosamente, el mes de Ramadán constituye un maratón gastronómico.
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Ignacio García "Los Elementos del Reino"
por Carolina Cruz
La búsqueda de la palabra como complemento existencial ha sido la obsesión que ha marcado la obra poética de Ignacio García, uno de los escritores más completos y destacados del puerto de Veracruz y si a ello aludo es porque hay que reconocer que es además un excelente ensayista, aunque su legado principal es sin duda, la poesía.
Luego de una larga trayectoria en creación, y de publicar al menos unas 20 plaquettes artesanales (de tiraje clandestino, decía mi querido Juan Vicente Melo), la Editora del Gobierno del estado, a cargo del Dr. Félix Báez, reconoció en Ignacio la voz de quizás el poeta más representativo del puerto y publicó el libro “Los elementos del reino”, que reúne obra reciente.
Aunque en “Los elementos del reino” podemos encontrar esas recurrentes de Ignacio a la eterna reyerta con la palabra esquiva, con la pluma, el papel; la presencia del mar que todo lo sacia, la música (blues y jazz), la luz (“La luz es el instante donde uno se abandona para escribir”); en el libro se vislumbra claramente otra de sus constantes: la presencia de Dios, lo que viene a colocar al poeta, entre los pocos mexicanos que trabajan la poesía religiosa, junto a Javier Sicilia y Oscar Wong.
Aunque decir poesía es ya referirse a lo sagrado (cuando la poesía es tomada como aliento de vida, medicina espiritual), en los Elementos Ignacio plasma su experiencia mística, ora en la poesía, alude a la voz interna que llama a la reflexión y a la comunión con la divinidad, quien quiera que ésta sea, dónde uno la encuentre.
En la primera parte de libro, reconocemos la obra y sus constantes. En “Sesión de blues” un homenaje a la música de Charlie Parker, los títulos de los poemas corresponden a los nombres de algunas de sus canciones, nos queda en la boca el aliento de ese sax y la memoria de las dolientes historias. El tema le sirve de excusa para retomar en “Bird of Paradise” a Octavio Paz y parafraseando su famoso poema “Las Palabras”, donde el Poeta se desespera ante ellas y aconseja: “¡Dales vuelta!, cógelas del rabo (chillen, putas)”, Ignacio le escribe, a ella, la palabra:
Me conmueve su transparencia
su vastedad y su inteligencia de niña
Sabe mi nombre
y de mi asombro por ella
y de la sed y deseo que su cuerpo despierta
Yo me resisto, la dejo que chille,
aunque muy bien sé que todavía
nadie la toca.
Tanto en “A las puertas del Jijiin”, como en “Ryoanji” (ambos templos budistas), la “Zen(da) Interior”, y en “Cuatro instantes con “Zhu Zheqin”, Ignacio García ahonda, se esparce en otro elemento del reino: la calma interior, el nirvana: “(…) "en nosotros el infinito avanza a empujones/y nunca termina por quedarse”, o leemos: “y mi paso que nunca va más lejos del primero de mis pasos”, en contraposición a esa inútil insistencia del ser humano de buscar la calma en la marejada.
Podríamos decir que juntas, las cuatro secciones, son el intento que hace el poeta por abandonar la palabra y alcanzar, sin ella, un estado de silencio con un sonido puro. Una búsqueda de la sublimación interna, ese lapso posible demostrado por el Buddha (ahora tan de moda en occidente); cuya doctrina señala la aniquilación del deseo, la eliminación del egocentrismo condicionado por la pasión, la ignorancia, el odio.
En el poema “Punto de Satori”, encontramos una muestra de ese reclamo del elevado estado espiritual:
Entre juncos y estanques
peces y lianas, arena y luz
la respiración alcanza
altos grados de quietud:
el cerebro es un cristal
sin domo ni perfil
Un alto rumor
sin truenos ni relámpagos
llega y se instala
como un cordero sin voz
Lo absoluto tiene que ver
con este instante
que nadie
percibe.
En la segunda parte del libro, “Si al fuego entra la llama”, reconocemos la voz del poeta y sus constantes: la comparación entre el amor y la escritura; el (beso)verso perdido; el apremio por el olvido; la des-hilación y la desilusión ("hebra y amor no parecen tener puntas”), el peso de la tinta en la piel, el desencuentro, la sílaba desnuda, el canto a la mujer amada… todo envuelto en una flama que igual se enciende, es ceniza o no consigue nada.
Las dos últimas partes que componen el libro: “Teorema” y el “Eje en la flama” el poeta plasma la búsqueda del amor a la Palabra; que toma forma de mujer. Una mujer evasiva, rejega, a veces inatrapable.
En palabras del propio Ignacio García, en los “Elementos del reino” el poeta enfrenta el reto de buscar a la palabra/mujer y cuando la tiene a mano decirle todas sus pasiones humanas, como se las diría a la mujer de sus sueños".
Los Elementos, es un largo período de espera a que ella, la Palabra-mujer aparezca y lo transforme a uno, lo posea y sacuda (lo seduzca ¿por qué no?), al grado de no saber el poeta si fue él quien escribió esos versos o ese Otro del que hablan Borges, Breton y tantos otros”.
Así, junto a todo esto el elemento más importante de todo es, por supuesto, la Palabra, más una poesía a la que Ignacio, siempre se inclinó: la sustancia espiritual y la inquietud mística, la búsqueda de Dios a través del verbo, de la mujer, de la música, de la poesía misma. Si bien la temática no cambia a través de su obra, sí hallamos a un poeta más profundo, más reflexivo, más comprensivo de las pasiones humanas.
PRESENTACION DEL LIBRO
El POEMARIO "LOS ELEMENTOS DEL REINO"
de Ignacio Garcìa
PARTICIPAN
Jorge Brash, Silvia Tomasa Rivera y Juan Domingo Argüelles
LECTURA DE POEMAS
Eduardo Sansores
MODERA
Carolina Cruz
VIERNES 20 DE AGOSTO, 19:30 HRS
Instituto Veracruzano de la Cultura (Canal s/n,Centro)
LOS ESPERAMOS
martes
Electro ópera inspirada en ‘El origen de las especies’ de THE KNIFE
A Roundtable Conversation on Tomorrow, In A Year from The Knife on Vimeo.
“Tomorrow, in a year”, es el nuevo disco de The Knife, que musicaliza una opera sobre la obra de Charles Darwin y nos sumerje en el abismo del cual surge la vida.
El genial duo de electrop sueco The Knife está de regreso con el disco doble "Tomorrow, In a Year".
Un disco difícil, una historia ambiental operística de la evolución. A veces críptico, con momentos de elevación angelical ("Coloring of the pigeons" y "Seeds" con destellos hipnominimales de Steve Reich) entre un frenesí de patos y niebla onírica enterrada; con momentos demenciales, de adictivas migrañas, de bosques industriales. Seguramente no es lo que se esperaban los fans de este grupo de alto avant guard pop. Pero a mi gusto es un refejo fiel de su personalidad explorativa, de su oscuridad natural (entre las maquinas de un iceberg cortando el neurocortex).
Hace unos años después de "Silent Shout", Olof Dreijer decía que quería hacer música más oscura y escaparse del glam que lo empezaba a asfixiar en la ola de popularidad que hacía de The Knife, posiblemente la mejor banda de electropop del 2006.
Fever Ray, con las inconfundibles vocales de Karin Dreijer Andersson, andróginos morphs en cielos de hielo, había logrado un buen disco de hipnótico goth pop, sonando muy a The Knife sólo que sin el filo de osbidiana de su hermano Olaf, que lo lleva al siguiente nivel.
La musica fue compuesta en el Amazonas y en Islandia, en colaboración con Mt. Sims y Planningtorock, "escuchando los patrones y el caos de los animales" y "el silencio, y la paciencia" (a lo que aregaría un poco la demencia). "Se trata, de imitar a los animales no grabarlos".
La pesada máquina de eones entrando en funcionamiento, de la abstracción original de la que parte la vida, del hidrógeno y la molecularización de la materia, a la formación de las capas geológicas, la aparición de los minerales y compuestos inorgánicos hasta la sintésis del ADN y el origen de las especies, la variación de las aves en la selva, la sangre, el surtidor, la voz humana, el verano (y la conciencia abtusa del verano).
Una sufrida celebración del largo proceso que ha llevado a la vida, atravesando los túneles de la materia, hasta parir sobre las piedras. Con letras generalmente extrañas y a veces lúdico-didácticas:
So that there are three sorts of birds which use their wings/ for more purposes than flying/ the steamer as paddles the penguin as fins/ and the ostrich spreads its plumes like sails to the breeze.
Tomorrow, In a Year fue comisionado por el grupo operístico Hotel Pro Forma y puesta en escena a finales del año pasado.
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