martes

...lo que hace Comitán



Estoy escribiendo para un libro, testimonio de lo que no digo, reuno mi tiempo en dolores y colores, mis ojos, mis manos y mi corazón ensayando a traer un libro que no soy yo, ni es la ceniza sólo el tiempo mío entre mis tiempos como un grano en la mazorca, resulta que llegue a está pequeña conclusión, después de una voz literaria que no reconozco y la anecdota de lo que estaba siendo "la novela", ha sido tan lejana y tan dialéctica, que después de unos minutos he llegado a la conclusión que que no deberías seguir escribiendo este parte tán complicada, y creo que eso no es importante lo que estaba haciendo, parece un ejercicio literario psicoanalítico existencial, como un corriente pitecantropo erecto, es decir que no os preocupeís por que no siga escribieno, es como si hablara dentro de mí. Me he propuesto escojer el silencio dentro de la escritura, quizá sólo sirva para disecar a realidad, pues la idea se ha trabado y mi personaje principal "...sube enmulado cuesta arriba, creyendo ver los portales de su pueblo soñar quitarse las espuelas y sacar de la manzana de plata, la reata del freno del animal, tras varias leguas cruzando el terreno escambroso, Ahora tán solo quiere tomarse un buen pozol y asomarse sobre los tejados y ver como el viento se regodea en el tañir del campanario..."